Saturday, February 04, 2006

timideces

Te equivocaste, hermano. No reparaste en la Gran Convención. No pediste permiso para levantarte de la mesa ni dijiste "buen provecho" a los obreros polvorientos que almorzaban en la cocina. Se te olvidó el por favor, el gracias, el de nada. No le abriste la puerta a la mujer para que pasara ella primero, recorriste directamente con el dedo índice el camino que va desde su mano izquierda pasando por el brazo, el cuello, el pelo, el cuello, el brazo, hasta la mano derecha.
No reparaste en la Gran Convención y te miraron mal y tú sentiste tanto-pero-que-tanto miedo que temblaste y rompiste el jarrón chino de la abuela.

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